¡Buenos días!

Mi diario semanal de embarazo pasa esta vez por el norte. Si recordáis, hace unos días os contaba lo cuesta arriba que se me estaba haciendo el verano. Estas olas de calor han podido conmigo. Con Miguel, me tocó vivir el otoño y el invierno embarazada y, salvo hinchazón de pies a dos semanas de dar a luz, me encontré fenomenal en este sentido.

Pero estos días, el calor y los líquidos campan a sus anchas y yo estoy tremendamente incómoda estando tan solo de cinco meses. Por eso estaba deseando poner rumbo al norte, para disfrutar del fresquito, pasear junto a la orilla del mar... Reconozco que me encuentro algo mejor, pero aún así, imagino que necesito estar unos días más para encontrarme bien del todo. Qué excusa para seguir de vacaciones, ¿verdad?

Estoy cuidando mucho mi alimentación, sobre todo por la hinchazón, comiendo muy sano y siguiendo las directrices de mi médico, haciendo más ligeritas las cenas porque irme con el estómago lleno a dormir supone estar toda la noche en vela. Y aprovecho además para incluir en mi día a día muchos productos de la huerta, que aquí en el norte son absolutamente espectaculares. Los tomates del País me tienen loca.

Y mientras, los días pasan rápido. Todos los días surge el mismo tema en relación al nombre de la peque. Mi chico eligió el de Miguel, lo tenía fácil porque le llamó, como él. Yo tengo varios que me gustan y cada vez que comparto este tema con alguien nuevo, me surgen nuevas dudas. El otro días os contaba en redes que tengo tres nombres a la espera de elegir uno: JULIA. MÍA. SOFÍA. (Por cierto, ¿con cuál te quedas?) Además, todo el mundo aporta sus propias ideas. No sé muy bien si es una indirecta y en realidad me están diciendo que no les gustan mis preferidos :P

Y hasta aquí, mi embarazo semana a semana de la 23. Espero no haberos aburrido y que os haya gustado que comparta esta parte de mí que vuelvo a vivir con tanta felicidad e intensidad.